lunes, 29 de noviembre de 2010

domingo, 28 de noviembre de 2010

La memoria


¿Cuántas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas  y vaciar nuestra memoria?
¿Cuántas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo,recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar?
Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su  paso y se marchan con lágrimas y un largo adios. Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y plegarnos ,por ejemplo,a la frase "comezar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? Serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza
y luego se extrañan. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.
Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa mas esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.
¿En realidad comenzamos una vida nueva ,o matamos otra llena de bellos recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no existe o un pedazo de cielo donde no sabemos que nos espera.
¿Vale realmente la pena perder la memoria?

sábado, 27 de noviembre de 2010

Mick Rock






jueves, 25 de noviembre de 2010

A Clockwork Orange



Ahí estaba yo, es decir, Alex; y mis tres drugos, Pete, Georgie y Dim. Estábamos en el Dorova Milk Bar. En el Dorova Milk Bar servían leche plus: leche con venloceta, o con drencromina, que era lo que estábamos tomando. Aquello nos agudizaba los sentidos, y nos dejaba listos para una nueva sesión de la vieja ultraviolencia.

jueves, 11 de noviembre de 2010


A veces el dolor se convierte en una gran parte de tu vida que esperas que siempre esté ahí. Porque ya no recuerdas la última vez que no estuvo contigo. Pero, entonces, un día, sientes algo más. Algo que parece malo, probablemente porque es algo desconocido. Y, en ese momento, te das cuenta de que eres feliz. La felicidad nos llega en muchas formas En la compañía de buenos amigos; en lo que sentimos cuando hacemos realidad el sueño de otra persona; en la promesa de una esperanza renovada... Es bueno que nos permitamos ser felices. Porque nunca se sabe lo fugaz que puede ser esa felicidad.